Nunca estuve seguro de nada en la vida, a excepción de ti.
Todas las cosas que dije hace años atrás, siguen siendo ciertas.
Soy un imbécil. 
No quiero cambiar, no tengo que cambiar.
Nunca voy a hacerlo.
Te abrazaría y nunca te dejaría ir.
Daría lo que fuera por escuchar tu voz de nuevo y mirarte tan de cerca que tendría que cerrar un ojo para no quedar bizco.
Desearía que fuera un cuarto para las cuatro en mi pieza otra vez. 
No percatarme de cuando es de día y cuando es de noche.
No importarme.
Importarme.
Importarte.
Importante.
Importarte.
No hay superación, no hay nada superior.
No hay aceptación.
Imbécil.
Este es mi infierno.
Esta es mi eternidad.
Este soy yo.

Pensé que ya en este punto tendría todo claro.
Que sabría que hacer en este momento.
La verdad es que tengo menos certezas que hace años atrás.
Y mucho menos tiempo.
Mucho menos tiempo.

Me pregunto si eres tú quien me visita de noche.
Quien me desconcierta en la oscuridad.
Tengo miedo de abrir los ojos.
Tengo miedo de la oscuridad.
Te tengo miedo.

Al cerrar los ojos siempre eres en lo último que pienso.
Me pregunto si estarás bien.
Me pregunto si te preguntas si yo estoy bien.

El tiempo no existe.
Yo no existo.

Nada en esta vida es eterno.
Excepto tu recuerdo.
Se pasea corriendo por los pasillos de mi memoria.
A veces salta y cae fuerte sólo para hacer ruido.
Todas las hojas son del viento.
Creo que he pasado demasiado tiempo pensando si alguna vez fuiste real.
No volveré a tener esos estúpidos sentimientos otra vez, estoy escudado en mi televisión. Nada malo puede sucederme en mi lugar feliz.
Mi lugar feliz raramente es feliz.
Falta algo que estuvo, ya no está y nunca volverá a estar.
Lo busco en los lugares equivocados.
Es que no existe reemplazo, ni equivalencia.
Siempre fuiste y serás.
Ya no lo fuí. 

Ves una película una y otra vez. 
La conoces, sabes lo que pasará y cuando sucederá.  Los protagonistas te son familiares, hasta lo quieres un poco. No existen.
Tiens el control y te agrada.

Me gustaría tener que decir en estos tiempos tan tremulantes.
¿Cómo se supone que debo sentirme? Si lo peor está por venir.

A pesar de todos estos años, mi cerebro sigue actuando como si nunca te hubieras ido.

Si tuviera puños, te golpearía.
Si tuviera armas, te dispararía.
Si tuviera tú número, te llamaría.
Si tuviera rencor, me vengaría.
Si tuviera cordura, te olvidaría.
Si tuviera un lápiz, te dibujaría.
Si tuviera un barco, zarparía.
Si tuvieras corazón... entenderías.

...Y el dibujo que está inconcluso, pero está terminado.

Cada canción tiene una secuela.
¿Dónde demonios está mi barco pirata?
¿Dónde se fueron mis noches?
¿Dónde se fue la jalea sabor frambuesa?

Perlas, pecas, tesoros, uñas, oro, bolso y los vellos y lo bello y el cabello.
Lo oscuro y lo oculto y lo profano y lo absoluto.
Las verdades y la espalda y las narices y los ojos y las orejas.
Los dedos y los dedos y los dedos y los peros.
Todo en la profundidad del mar con el barco que nunca
existió, porque no era barco, ni velero, ni una moto acuática,
era una hoja de otoño deambulando por un verano asquerosamente ardiente.

Soy la nada que nada en las frías aguas de tu subconsciente.

Soy la nada que nunca fue algo.
Soy una ameba llevada por la corriente día a día.
Soy una máquina funcional e irreversible.
Soy inmortal.
Yo creo.
Una vida de felicidad se extiende frente a tí.
Saca tu boleta, bebe un café, cobra tu dinero y compra un pasaje.

Tu nunca vas a saber lo que es.
Aleluya.
Hambre.

Yo creo.

Noches sin sueño.
Sueños sin día.

Para los que no me conocen.
Para los que no me alcanzaron a conocer.
Para los que no desean conocerme.
Para los que desean no haberme conocido.
Para los que me desconocen.
Para los que no conocen nada de mi.
Para los que olvidaron conocerme.
Para los que jamás me conocerán.
Para los que ya conocieron suficiente.

Elegantemente egoísta.

No estoy loco, sólo soy estúpido.

¿Por qué hiciste eso?
No lo sé.

¿Qué está pasando?

No sé, no lo sabía, no lo sabré.

¿Qué pasó?

No sé, quizás lo sabía, nunca lo sabré.

¿Qué pasará?

No sé, quizás lo se, no quiero saberlo.

Miedo a vivir.

Es lo que tiene la gente.

Miedo a la gente.

Es lo que tiene el vivir.

Suicidios mentales, sueños inalcanzables, poemas ocultos, deseos reprimidos, deidades embusteras, casas de papel, corazón de agua.

Miedo.

Todo lo que has hecho en tu vida está mal.
Te complicas por pequeñas cosas.
Haces una sola cosa y la haces mal.
No sirves para eso.
Te quejas por nada.
Nunca llegarás a hacerlo bien.
Lloras por cualquier cosa.
Realmente no eres tan bueno.

Y la vida concluye en un interminable por qué...