Ves una película una y otra vez. 
La conoces, sabes lo que pasará y cuando sucederá.  Los protagonistas te son familiares, hasta lo quieres un poco. No existen.
Tiens el control y te agrada.

Me gustaría tener que decir en estos tiempos tan tremulantes.
¿Cómo se supone que debo sentirme? Si lo peor está por venir.

A pesar de todos estos años, mi cerebro sigue actuando como si nunca te hubieras ido.

Si tuviera puños, te golpearía.
Si tuviera armas, te dispararía.
Si tuviera tú número, te llamaría.
Si tuviera rencor, me vengaría.
Si tuviera cordura, te olvidaría.
Si tuviera un lápiz, te dibujaría.
Si tuviera un barco, zarparía.
Si tuvieras corazón... entenderías.

...Y el dibujo que está inconcluso, pero está terminado.

Cada canción tiene una secuela.
¿Dónde demonios está mi barco pirata?
¿Dónde se fueron mis noches?
¿Dónde se fue la jalea sabor frambuesa?

Perlas, pecas, tesoros, uñas, oro, bolso y los vellos y lo bello y el cabello.
Lo oscuro y lo oculto y lo profano y lo absoluto.
Las verdades y la espalda y las narices y los ojos y las orejas.
Los dedos y los dedos y los dedos y los peros.
Todo en la profundidad del mar con el barco que nunca
existió, porque no era barco, ni velero, ni una moto acuática,
era una hoja de otoño deambulando por un verano asquerosamente ardiente.

Soy la nada que nada en las frías aguas de tu subconsciente.

Soy la nada que nunca fue algo.
Soy una ameba llevada por la corriente día a día.
Soy una máquina funcional e irreversible.
Soy inmortal.
Yo creo.
Una vida de felicidad se extiende frente a tí.
Saca tu boleta, bebe un café, cobra tu dinero y compra un pasaje.

Tu nunca vas a saber lo que es.
Aleluya.
Hambre.

Yo creo.

Noches sin sueño.
Sueños sin día.

Para los que no me conocen.
Para los que no me alcanzaron a conocer.
Para los que no desean conocerme.
Para los que desean no haberme conocido.
Para los que me desconocen.
Para los que no conocen nada de mi.
Para los que olvidaron conocerme.
Para los que jamás me conocerán.
Para los que ya conocieron suficiente.

Elegantemente egoísta.

No estoy loco, sólo soy estúpido.

¿Por qué hiciste eso?
No lo sé.

¿Qué está pasando?

No sé, no lo sabía, no lo sabré.

¿Qué pasó?

No sé, quizás lo sabía, nunca lo sabré.

¿Qué pasará?

No sé, quizás lo se, no quiero saberlo.

Miedo a vivir.

Es lo que tiene la gente.

Miedo a la gente.

Es lo que tiene el vivir.

Suicidios mentales, sueños inalcanzables, poemas ocultos, deseos reprimidos, deidades embusteras, casas de papel, corazón de agua.

Miedo.

Todo lo que has hecho en tu vida está mal.
Te complicas por pequeñas cosas.
Haces una sola cosa y la haces mal.
No sirves para eso.
Te quejas por nada.
Nunca llegarás a hacerlo bien.
Lloras por cualquier cosa.
Realmente no eres tan bueno.

Y la vida concluye en un interminable por qué...

Estás muerto.

Las cosas que tenías en mente no parecen tan importantes ahora.
Ya extrañas un sin fin de sensaciones.
Te da lástima no haberlas sentido suficiente.
No puedes creer la cantidad de cosas que dejaste de lado.
Personas, emociones, lugares, canciones.

Estás muerto. ¿Cómo es tu vida ahora?

No lo sé, simplemente no lo sé.
Siempre menciono mi no sapiencia, y es que no he aprendido nada.

Hacer, decir, sentir, ser.
Sentir, hacer, decir, ser.
Ser, sentir, decir, hacer.
Sentir, sentir, sentir, sentir.

Es mejor recordar, que revivir.

Puedo ser mejor.
Soy mejor.

Mi mundo puede hacer tu mundo, un mundo mejor.
Tu mundo puede hacer mi mundo, un mundo mucho mejor.

Mi mundo no tiene satélites y está alejado del sol, pero aún así se mantiene, se mantiene en la esperanza de la llegada.

Mi mundo quizás no sea el más bonito, pero ciertamente es el más acogedor.

Mi mundo quizás no es el más habitado, pero por lo mismo tiene bastante espacio.

Mi mundo carece de muchas cosas que parecen importantes, pero que en el fondo son inútiles.

Mi mundo gira tan alocadamente que sólo una órbita contraria podría detenerlo.

Mi mundo no es parecido a ningún otro.









Me gusta mi mundo, me gusta tu mundo.
Veo al sol acercarse a lo lejos.

Nacimos libres, somos libres, pero aún así estamos encadenados.
Comenzamos a necesitar desde el primer momento.
Comenzamos a crear cadenas.
Comenzamos a anclarnos.
Comenzamos a creer.
Perdemos la fé.
Perdemos la esperanza.
Perdemos el afecto.
Nos perdemos a nosotros mismos.
¿Cómo me encuentro a mi mismo?
¿Cómo le pido ayuda a los demás si nunca han estado ahí?
¿Cómo creo en alguien que me abandonará?
¿Cómo permanecer de pie?
¿Cómo comenzar a creer?
¿Cómo recuperar la fé?
¿Como descanclarme?
¿Cómo botar las cadenas?

¿Cómo volver a nacer?
Ódiame por lo que soy, no por lo que no fuí o lo que no seré.